Según Kerschensteiner (1934) el educador se clasifica en cuatro tipos:
1. Solícitos: No se atreven a dejar solos a los educandos para que resuelvan los problemas; son rutinarios en sus tareas, tímidos de carácter y paternalistas en el ejercicio de la autoridad.
2. Indolentes: Desdeñan participar activamente en la tarea educativa y, por simple comodidad, dejan al educando en completa libertad
3. Ponderados: Situados entre los dos anteriores, deben dosificar la disciplina con libertad, según las circunstancias; están muy preocupados por la imagen que presentan al educando.
4. Natos: Tienen el tacto necesario para adaptarse en cada momento a las necesidades y características de los educandos; hacen de la educación una tarea de permanente entusiasmo
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